Dos fuerzas opuestas: inflación versus Next Generation

La inyección de fondos europeos pueden compensar la elevada inflación con la que arranca el 2022

Los costes de la electricidad son un lastre para las empresas.
Roberto Villarreal / Tarragona

Según BBVA Research, 2022 debería ser un año de mayor crecimiento que el pasado, aunque las expectativas también se antojan más volátiles. Más allá de la montaña rusa del coronavirus, un primer factor tiene que ver con el ritmo de ejecución y los efectos de los fondos europeos Next Generation (NGUE), y con las reformas estructurales necesarias para seguir accediendo a ellos en los próximos años. El segundo vector deriva de la intensidad y la persistencia de las presiones inflacionistas. La inflación anual a finales de año alcanzó en España el 5,6% y la inflación subyacente ha aumentado hasta el 1,7%, muy por encima de las previsiones existentes al iniciarse el año, en línea con lo ocurrido en EEUU. y también en la eurozona.

"Es verdad que la inflación afecta a la capacidad del gasto de las familias, y por tanto se traduce en una menor demanda interna; no obstante, a mi juicio, si los trámites son ágiles y los fondos Next Generation se ponen en marcha con la vitalidad necesaria, sin duda van a arrastrar a la iniciativa privada y dar un empuje adicional al crecimiento, es decir, la inflación frena, pero una buena gestión de los NGUE significaría el empujón para dar el salto", analiza Josep Oliver.

"Una inflación sostenida -vaticina el economista Joaquim Margalef- podría convertirse a medio plazo en un problema significativo para demanda final, y también para empresas, por la dificultad para sumarse a la ola de crecimiento de precios... Mi perspectiva, en este momento, es que se va a controlar en Europa a final de año: el BCE va a seguir aportando liquidez y no veo un aumento tipos, eso sí que sería un freno importante por el aumento de costes financieros, y no sólo de costes salariales".

El previsible aumento del consumo se enfrenta al obstáculo de la pérdida de poder adquisitivo. La recuperación peligraría todavía más si no hay más remedio que subir los tipos de interés. Enfriar los precios de la energía, ahora en máximos, va a resultar clave: "España se enfrenta a precios más caros, con un incremento del 6,7%, frente al 5% de la zona euro; ello repercute en la competitividad de las empresas... quizá como nota positiva, confiemos en que no pueden subir mucho más, porque están en un techo, no subirá mucho más, el Banco de España espera que en 2022 crezcan 2,7% de media, pero no se duplicarán como ha sucedido este año", augura Carme Poveda.

No hay una opinión unánime a este respecto. De acuerdo con el mercado de futuros de la electricidad, en 2022 se vislumbran precios todavía más altos, lo que afectará tanto a las empresas como a las familias, con un impacto económico que supone la mitad de las transferencias directas de los fondos europeos. En comparación con la media de los precios que se han verificado en el sector eléctrico durante los diez años entre 2010 y 2020, puede suponer una transferencia de renta cercana a los 35.000 millones de euros durante 2022 para toda la electricidad producida y consumida en España.

El turismo extranjero: un aporte clave

Aunque el tremendo agujero de principios de 2020 ya está superado, la intensidad de las próximas oleadas de la pandemia va a condicionar la subida del PIB. El 2021 ha acabado con buenas sensaciones, desde recuperación del empleo -pese a la excesiva eventualidad- e ingresos fiscales, hasta una exportación en máximos históricos (de enero hasta octubre, 11,2% por encima de 2019, casi el doble de Cataluña, que está en el 6,5%). Sin embargo, la llegada del turismo internacional se erige como una pieza insustituible en Tarragona. El sector turístico genera aproximadamente el 15% del PIB en el territorio, y de ese porcentaje el 60% llega desde el extranjero.

Según el catedrático de la UAB Josep Oliver, la mayor incógnita dentro del sector servicios está en los servicios privados personales (comercio, hostelería... que suponen el 42% del empleo), con una doble dinámica: fuerte demanda del cliente de España y Cataluña, como ya se vio en los veranos de 2020 y 2021, y confianza en que se relajen las restricciones en las fronteras: "El turismo ha encontrado una demanda interna muy potente, pero falta la pata exterior;  pese a Ómicron, todo el mundo apuesta porque los miedos que genera la pandemia se irán diluyendo"