El PIB de Tarragona crecerá entre un 5 y un 6% este año

El posible freno de la inflación sobre las economías familiares se contrarrestará si hay una gestión ágil de los fondos Next Generation UE

Las inversiones en infraestructuras logísticas como las que impulsa el Port serán clave en la recuperación.
Roberto Villarreal / Tarragona

Diferentes gabinetes y analistas prevén un año en positivo, si bien acompañan sus previsiones de multitud de pies de página, cada uno de los cuales constituye un riesgo para la recuperación: nuevas restricciones a los viajes, más problemas de distribución, cuellos de botella en los suministros o una inflación más persistente de lo esperado con los precios energéticos por las nubes. Con el permiso de Ómicron, gran factor de incertidumbre. El consenso general apunta a un 2022 menos expansivo de lo que se podía pensar en otoño, aunque si la pandemia se controla de forma razonable, el crecimiento debería situarse por encima del 5% para llegar a final de año a los niveles de 2019.

Según los especialistas consultados por el Indicador, la economía de Tarragona crecerá en 2022 entre un 5 y un 6%, en la misma línea de las previsiones realizadas para España por los analistas de Euroestat. "Debemos tener en cuenta de que es un dato ficticio, condicionado por las caídas del 2020 y 2021. Es decir, que partimos de niveles de PIB insólitamente bajos; la tónica de crecimiento volverá a estar en torno al 3%, sin el bache", explica el economista Joaquim Margalef, colaborador de la Cátedra de Innovación de la Universitat Rovira i Virgili (URV).

Carme Poveda, directora de Análisis Económico de la Cambra de Comerç de Barcelona y de la memoria económica regional que elabora el Consell General de Cambres de Catalunya, también prevé un crecimiento entre 5 y 6%, "siempre que la pandemia se mantenga bajo control y sin sobresaltos". "Con datos de empleo en máximos -reflexiona- y un consumo privado que se debería recuperar intensamente gracias al ahorro acumulado por las familias, que no han gastado en 2021 como se esperaba, el primer acelerón importante de la economía será el próximo año; hay que añadir otro factor de impulso, como son los fondos Next Generation UE, que ya han arrancado de forma tímida, pero será en 2022 cuando realmente se deje notar un incremento en la inversión".

Los datos que manea el Consell de Cambres indican que la economía de Tarragona se ha recuperado por encima de la media, con las afiliaciones a la Seguridad Social que ya están un 3,7% por encima de 2019, mientras que en Cataluña ese termómetro se sitúa en el 1,9%. Además, los expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTES), que han atenuado el impacto de la desaceleración sobre el empleo, suponen un porcentaje relativamente bajo sobre el total del territorio catalán. Pese a este buen comportamiento, la finalización de programas de ayuda, -prevista en febrero-, y de las moratorias para el inicio de la devolución de los créditos ICO -marzo- significan un factor de riesgo. "No sabemos si se alargarán los plazos, pero habrá que ver el impacto en los cierres de empresas... Es previsible un cierto impacto negativo en el segundo trimestre", avanza Carme Poveda.

El Gabinete de Estudios de la Confederación Empresarial de la Provincia de Tarragona (CEPTA), cree que en el análisis del mercado laboral sigue pesando demasiado la campaña turística estival, que condiciona toda la estadística. Tarragona se caracteriza por un escenario laboral más precario que el del global de Catalunya: "Podemos ser positivos, pero hay que vigilar de cerca al enfermo para ver qué pasa; es preocupante, por ejemplo, la pérdida de empleo en la industria y en la construcción... Hay que preguntarse cuánto empleo nuevo es público y cuánto privado, además de los ERTE y las plantillas de empresas en la UCI", expone Rafael Muñoz.

"Estimo que puede ser un buen año, pero con riesgos", sintetiza Josep Oliver, catedrático emérito de Economía Aplicada de la Universidad Autónoma de Barcelona y director del Anuario Económico Comarcal del BBVA. "La visión de crecimiento del Banco Central Europeo a partir de junio parece razonable -confirma Oliver-, con la condición de que Ómicron no paralice la capacidad de oferta mundial, vamos a ver cómo se resuelve el tema de los brotes en los puertos chinos".