La química mantiene el pulso pese al encarecimiento de costes y la incertidumbre

El clúster de Tarragona identifica sus principales oportunidades de futuro en el proceso de la transición energética

El ritmo de producción se mantiene elevado a pesar del encarecimiento de la energía, las materias primas y el transporte.
Dani Revenga / Tarragona

Después de una pandemia en que el sector químico demostró su rol esencial manteniendo la fabricación de productos clave para la sociedad y un pulso empresarial muy por encima de la caída general, la recuperación se ha visto frenada por una tormenta perfecta con el encarecimiento de costes como la energía, las materias primas y el transporte en el centro además de las dificultades en las cadenas de suministro. Una coyuntura que dispara la incertidumbre, pero ante la cual la química vuelve a hacer gala de su robustez manteniendo elevados niveles de demanda, actividad y facturación. Aunque el sector advierte que, si las turbulencias se mantienen, hay riesgo de ajustes temporales en algunas plantas.

Rubén Folgado, director general de Messer Iberica y presidente de la Asociación Empresarial Química de Tarragona (AEQT) resume así la situación del sector: "Gracias a nuestro carácter esencial, la demanda está absorbiendo el incremento de precios en toda la cadena de valor derivado de la crisis energética, aunque se han moderado algunas actividades en momentos de precios máximos de energía eléctrica, las plantas producen a ritmo normal". Folgado reivindica, no obstante, "medidas urgentes para limitar los precios de la energía para los consumidores industriales".

Una dinámica que confirma Joan Miquel Capdevila, director general de Ercros, que constata que "2021 y lo que llevamos de 2022 están siendo años de una alta demanda de los productos químicos y una oferta todavía en proceso de ajuste, esperamos una evolución positiva de los precios, suficiente para contrarrestar el alto coste de las energías y las materias primas". Desde Vopak Terquimsa, su director general en Tarragona, Eduardo Sañudo, constata que, a pesar de los factores adversos "la química está y seguirá estando presente en prácticamente la totalidad de objetos que nos rodean, y ante el crecimiento de la población y la urbanización de la sociedad, la demanda de bienes producidos por nuestro sector va a seguir creciendo".

Los costes energéticos son uno de los déficits de competitividad históricos del sector agravado en los últimos meses hasta límites insostenibles y son la principal preocupación de las empresas químicas. Pero no la única. La inflación en el precio de las materias primas y en los costes de tranporte también lastran la cuenta de explotación de las empresas. Francisco Javier Claver, director de ASESA, explica la secuencia: "A los efectos globales derivados del impacto del covid, que había afectado a los mercados de materias primas y al consumo en general, se ha unido el efecto de la guerra en Ucrania y su impacto en el mercado global de la energía, ya tensionado previamente". Claver subraya que "las compañías de nuestro sector son consumidoras intensivas de energia y sus costes operativos están sufriendo el impacto directo de la crisis, un contexto en el que se pone de relevancia más que nunca el reto de la eficiencia energética".

Ignacio Torres, director de Suply Chain de Carburos Metálicos, valora positivament que la Unión Europea haya atendido la demanda de las industrias electrointensivas de "desacoplar el precio de los combustibles fósiles de la fijación del precio de la electricidad, ya que reducen nuestra capacidad para afrontar retos futuros en la descarbonización y la reducción de emisiones de CO2". Torres pide "escenarios predecibles para los costes energéticos" y reivindica la adopción de la directiva europea de redes cerradas, una realidad desde hace años en los principales países europeos.

El problema de los suministros

Esta coyuntura que presenta una dificultad añadida: la incertidumbre en las cadenas de suministro, un fenómeno asociado a los anteriores que complica mucho el día a día de las empresas. Javier Sancho, director del Complejo Industrial de Repsol en Tarragona, detalla que "no nos afecta solamente el precio de los materiales que necesitamos, sino también la logística de los mismos: las incertidumbres en los plazos de entrega o la indisponibilidad temporal de algunos de ellos o las fluctuaciones en sus precios, que a veces cambian no ya día a día, sino hora a hora". Un dinámica que también constata Ignacio Torres, director de Suply Chain, de Carburos Metálicos: "No se trata de una situación nueva, ya que durante la pandemia también asistimos a la escasez de determinados productos y la complicación de las cadenas de suministro mundiales".

A pesar de la resiliencia del sector en demanda y actividad, Eduardo Sañudo (Vopak Terquimsa) cuantifica el impacto como "muy relevante" y alerta que "el incremento de costes lleva a las empresas a producir con márgenes mínimos", lo que hace temer que si la situación se alarga haya "reducciones o interrupciones temporales en algunas plantas". Rubén Folgado, presidente de la AEQT y director general de Messer Iberica, reconoce que "existen incertidumbres a partir del segundo trimestre", pero se muestra esperanzado en que "las medidas propuestas por el Gobierno español para limitar los costes del sistema eléctrico sirvan para mantener las actividades del sector".

La transición energética, compromiso y oportunidad

Más allá de esta coyuntura turbulenta, el sector químico de Tarragona pone las luces largas y identifica las oportunidades de futuro que tiene ante sí. Ignasi Cañagueral, director del complejo de Dow y vicepresidente primero de la AEQT, tiene claro que el foco hay que ponerlo en la transicion energética. "Es una obligación, porque las empresas que quieran seguir operando deberán adaptarse a los límites marcados en los horizontes 2030 y 2050, pero sobre todo es una necesidad por convicción y por compromiso: el sector y las personas que lo forman somos los primeros que somos conscientes de la situación y nos exigimos ser sostenibles porque debemos proteger el planeta entre todos", apunta Cañagueral, que habla también de "oportunidad, porque por nuestra naturaleza innovadora, la química está llamada a desarrollar soluciones no sólo para su propia transición, sino para hacer posible la del resto de sectores".

Una visión que comparte Andrea Firenze, director general de Covestro, que diagnostica que "el momento histórico actual presenta desafíos complejos para todos, pero creo que también puede ofrecernos oportunidades que debemos aprovechar para salir reforzados como industria". "Este contexto de cambio -reflexiona Firenze- nos debe permitir ser imaginativos y encontrar maneras distintas de hacer las cosas, con la sostenibilidad y la innovación por bandera, para continuar impulsando el avance de la sociedad actual y futura".

Desde BASF, Benjamin Hepfer, director del centro de producción en Tarragona y vicepresidente segundo de la AEQT, pone en valor "el papel que juega la química como ciencia que debe dar respuesta a los retos de la sociedad" y subraya que "hoy más que nunca hay que tener claro el propósito, para no separarnos del camino que tenemos fijado". Según Hepfer, "es el momento de la acción: debemos transformarnos a nosotros mismos y contribuir a transformar el mundo en el que vivimos, estamos inmersos en una gran transición energética que cambiará la manera de producir y consumir".

Borja Pérez, director de Clariant, coincide en que "las oportunidades de nuevos negocios aparecen cada vez de forma más repentina", pero advierte que "los tiempos que demandan nuestros clientes para contar con nuevas soluciones son cada vez más cortos". En este sentido, Pérez apunta que "las empresas debemos hacer un esfuerzo importante en acortar en lo posible los tiempos de estudio y preparación de proyectos manteniendo la calidad y solidez de nuestros productos para los múltiples mercados para los que trabajamos".

Las inversiones, una cuestión de competitividad

El sector químico pone el foco en seguir haciendo de Tarragona un territorio competitivo para atraer inversiones, tanto de empresas ya asentadas, como de nuevas. Un reto para el que la actual coyuntura no es favorable. "En el mundo político no se suele mirar a 20 años vista, pero lo necesitamos, para dar seguridad a las empresas y crear un entorno de competitividad e inversión", apunta Benjamin Hepfer, de BASF.

Javier Sancho, director de Repsol, habla de "un papel facilitador de la administración: que escuche un poco más las necesidades específicas de sectores como el nuestro" y apunta "la eficiencia, la circularidad y la digitalización" como claves de competitividad. Andrea Firenze, de Covestro, propone "la colaboración público-privada para fomentar la competitividad" y "un marco normativo claro y sólido". Borja Pérez, de Clariant lo concreta: "Necesitamos apoyo con procesos más ágiles para revisar y validar los nuevos proyectos".

Los costes eléctricos y de los carburantes son uno de los grandes obstáculos a superar: "Hay que encontrar fórmulas para reducir los precios de carburantes y electricidad", insiste Francisco Javier Claver, de ASESA. Joan Mique Capdevila está de acuerdo en que "los altos precios de las energías pueden suponer pérdida de inversiones y nos dificulta seguir el proceso de descarbonización". Un objetivo para el que Rubén Folgado, de Messer, señala el camino: "Es imprescindible disponer de infraestructuras de producción y transporte de energías renovables en el territorio para garantizar nuestra competitividad". Como proyectos clave dentro de este cambio de paradigma energético, Ignacio Torres, de Carburos Metálicos, apunta la "Vall de l'Hidrogen de Catalunya, que le puede dar al clúster de Tarragona un gran protagonismo en las transformaciones que afronta la Unión Europea".

Eduardo Sañudo, de Vopak Terquimsa, considera que "nuestro complejo es uno de los más competitivos de Europa por lo que las perspectivas a medio-largo plazo son buenas, aunque todas estas cuestiones nos perjudican". Ignasi Cañagueral, de Dow, resume el DAFO de Tarragona: "Tenemos fortalezas demostradas: el emplazamiento, la relación con el mundo académico, nuestro nivel de integración e interconexión, etc. Pero debemos superar temas pendientes como los costes energéticos, el ancho ferroviario europeo, entre otros, para facilitar las inversiones".