La solidez de la industria química ante el cambio de paradigma

El sector petroquímico afronta los desafíos de una profunda transformación del modelo productivo, que nada tiene que ver con el del año 2000

Roberto Villarreal / Tarragona

Durante los últimos 25 años la industria, y especialmente el polo petroquímico de Tarragona, se ha mantenido como principal motor económico de la provincia. Su producción total ha oscilado en la última década en torno a los 20 millones de toneladas de más de 100 productos, el 50% de la de toda Cataluña y el 25% de España. Sin embargo, el sector se encuentra en una encrucijada crítica: los altos costes de la energía y las materias primas, alimentados por conflictos geopolíticos como la guerra de Ucrania, han dañado gravemente su competitividad frente a rivales como Estados Unidos, China y los países de Oriente Próximo. Esto ha llevado incluso a que algunas plantas operen por debajo del 60% de su capacidad productiva, un nivel insuficiente para cubrir costes fijos, lo que ha generado advertencias sobre posibles cierres en Europa.

Seguridad, eficiencia y una mayor especialización hacia productos de alto valor añadido conforman los tres pilares que han guiado a la industria química durante estos años. "En esencia, creo que hemos cumplido con los objetivos marcados en nuestros planes estratégicos, que sobre todo nos han ayudado a enfocarnos, o al menos a no desenfocarnos", resume la directora de la Asociación Empresarial Química de Tarragona (AEQT), María Mas.

La AEQT calcula que el 30% de la inversión global de las empresas, la mayor porción del 'pastel' inversor, se ha destinado a seguridad y medio ambiente, "siempre como prioridad máxima en estos 25 años", con una verdadera obsesión también por implementar procesos cada más eficientes en una industria electrointensiva que padece un agravio en los costes de la electricidad frente a sus competidores directos en la UE.

PERTEs desajustados

Por lo que respecta a la nueva generación de productos avanzados, la patronal química reitera la petición de soporte de la Administración pública para las enormes inversiones necesarias en I+D+I "con la circularidad y la descarbonización como vectores claves de nuestra competitividad futura". "El bajo porcentaje de fondos europeos ejecutados -expone María Mas- revela que las convocatorias de los PERTEs no se han ajustado ni en plazos ni en necesidades, además de la falta de agilidad en los trámites... Veremos si por fin se corrige en diciembre".

Se estima que el hub de Tarragona necesita una inversión superior a los 5.000 millones de euros para su reconversión. En este sentido, la provincia se ha posicionado como líder en la transición energética con iniciativas como la Vall de l'Hidrogen de Catalunya, -todavía en estado latente- que mantiene en cartera más de 2.500 millones de euros en 40 proyectos. Destacan algunos como la planta de hidrógeno verde de la francesa Lhyfe en Vallmoll , el HyBERUS de la española Alkeymia en Ascó (en coordinación con Caspe y Favara, en Aragón), el proyecto T-HYNET de Repsol -la mayor instalación de electrólisis de España con una inversión de más de 300 millones de euros -, o la Ecoplanta, un proyecto de 800 millones de euros para transformar residuos urbanos en metanol, lo que la convierte en una de las instalaciones de economía circular más grande de Europa.

La reciente adjudicación -todavía provisional- de más de 1.200 millones de euros por parte del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) a siete clústeres de hidrógeno renovable de toda España ha vuelto a poner el foco en el Valle del Hidrógeno de Cataluña, con sede en Tarragona, que vivía una preocupante situación de impás desde finales de 2023. Los dos proyectos seleccionados en Cataluña, HyBERUS y T-HYNET suman subvenciones por valor de 235 millones procedentes de los fondos Next Generation UE para una inversión conjunta superior a los 600 millones.

Profunda transformación de las plantas

En este primer cuarto de siglo resulta evidente la transformación de las plantas de producción de las grandes multinacionales asentadas en el territorio. Uno de los paradigmas es el complejo industrial de Repsol que ha pasado de una refinería tradicional al proceso para convertirse en un polo multienergético de referencia en Europa. "Hoy -explican fuentes de la compañía- el complejo se encuentra en el inicio de una nueva etapa, marcada por la descarbonización, la circularidad y la digitalización, con el objetivo de implementar procesos de producción cada vez más sostenibles... con proyectos como el electrolizador de 150 MW o la Ecoplanta, la mayor inversión industrial en la historia del complejo".

Igual que Repsol, Dow Tarragona ha experimentado una profunda transformación tecnológica, hacia procesos más eficientes, seguros y sostenibles, con ejemplos destacados en este sentido "como la puesta en marcha, en el polígono norte, de la planta de octeno, única en el mundo por su tecnología, o el tren III de Solución en el polígono sur". Sin duda, uno de los hitos más relevantes en materia de circularidad llegó con Pack Studios Tarragona, centro de referencia global en innovación de envases sostenibles. Equipado con tecnología de vanguardia, Pack Studios permite a clientes y socios desarrollar y validar soluciones de embalaje de forma ágil y colaborativa.

"Más allá de la tecnología y los productos -destacan desde Dow Tarragona-, hemos querido integrar la sostenibilidad y la inclusión como pilares de nuestra estrategia; la mejora continua en seguridad, el compromiso con el medio ambiente y la atracción de talento diverso son elementos inseparables de su identidad corporativa, y esta evolución refleja una industria química que ya no solo produce, sino que también escucha y colabora con el entorno y se prepara para abordar retos cruciales como la descarbonización".

Importantes inversiones en el cambio de siglo

Otro de los gigantes con presencia en Tarragona, Basf, arrancó con fuerza en el siglo XXI, ya que en 2000 se constituyeron las dos joint ventures Basf Sonatrach PropanChem (BSP) y Basell Poliolefinas. La primera, BSP, era la entidad jurídica que albergaría desde 2003 la planta de deshidrogenación de propano (PDH) que suministra propileno a otras empresas del polígono químico para producir principalmente polipropileno. Hasta aquella fecha fue la mayor inversión en una planta llegada al polígono sur (240 millones) y se convirtió en la más moderna de Europa, con capacidad para producir 350.000 toneladas anuales de propileno. La segunda, Basell, fue vendida finalmente en 2005.

Esta gran inversión y sus predecesoras, -pues a finales de los años 90 se reforzó la producción en Tarragona con las plantas de Novolen, tratamiento biológico, nutrición animal, catalizadores y fitosanitarios, entre otras-, convirtieron el centro de producción de La Canonja en el más importante del sur de Europa. Además, en 2016, se inauguró una nueva línea de producción en la planta de formulación de fungicidas que significó una inversión de 21 millones.

Durante estas dos décadas y media, además de las citadas, otras grandes compañías como Ercros, Covestro, Vopak Terquimsa, Messer, Clariant... , -por citar algunas entre las 34 que integran la AEQT-, lógicamente se han centrado en el crecimiento productivo y en mejorar sus resultados, pero también en los avances en materia de sostenibilidad. Desde la llegada del agua regenerada, que sustituyó el consumo de agua del Consorci d'Aigües de Tarragona (CAT) por agua reciclada procedente de las plantas de tratamiento urbano, a las inversiones en descarbonización, así como los motores eléctricos que están ya ahorrando miles de toneladas de CO2 a la atmósfera.

25 anys de transformació: la nova química que impulsa l'economia i la sostenibilitat

En els últims vint-i-cinc anys, la indústria química espanyola ha viscut una de les transformacions més profundes de la seva història. Allò que als anys noranta es percebia com un sector productiu clau per a la indústria tradicional, avui és un motor d'innovació, sostenibilitat i competitivitat global.

La indústria química de Tarragona és un dels principals motors econòmics del país. A Tarragona, la indústria química genera ocupació directa i indirecta per a més d'11.000 persones, i fins a 44.000 llocs de treball induïts. Representem el 25% de la producció química d'Espanya i el 50% de la producció catalana. Tot i les crisis econòmiques, els canvis reguladors i les disrupcions globals, les fluctuacions dels mercats, les empreses químiques han mantingut el lideratge de les exportacions al territori, convertint-se en un dels pilars de la nostra balança comercial.

Fa un quart de segle, la indústria operava amb processos analògics, van passar al control distribuït o control avançat, un gran canvi intern que va permetre implementar millores de forma continuada, deu anys abans impensable. Avui, el grau de digitalització i l'automatització ha transformat les plantes químiques en centres d'alta tecnologia. Aquesta evolució ha millorat l'eficiència a tots els nivells. En l'àmbit de la seguretat industrial i ambiental, les empreses químiques han fet de la prevenció la seva principal prioritat.

Actualment, la sostenibilitat de la producció és l'objectiu més gran de les empreses, produir especialitats o productes de valor afegit, maximitzant la circularitat de les matèries primeres i amb la mínima petjada de carboni. Assolir la neutralitat de Carboni és el repte de sector, sobre el que pivoten totes les activitats. Així doncs, la química és avui un aliat imprescindible per a la descarbonització i l'economia circular ha passat de ser un concepte ambiciós a una estratègia industrial amb resultats tangibles.

La gran transformació esmentada, no hauria estat possible sense el compromís de milers de professionals; el millor actiu del sector. La indústria química s'ha convertit en un pol d'atracció per a enginyers, científics i tècnics altament qualificats. La col·laboració amb universitats i centres de recerca ha reforçat la capacitat d'innovació i ha permès la creació d'ecosistemes de coneixement que en altres territoris semblen inabastables.

Els pròxims vint-i-cinc anys estaran marcats per el repte d'assolir la neutralitat en Carboni: la transició energètica, l'autonomia estratègica, la regulació ambiental i la competència global. Però també per oportunitats úniques. La química serà clau per al desenvolupament de noves energies, materials avançats i solucions que facin possible una economia més verda i resilient.

Tarragona compta amb una indústria química que, no només ha sabut adaptar-se, sinó que s'ha convertit en un actor essencial per la nostra economia i la sostenibilitat del territori. El nostre compromís és clar: continuar innovant perquè la química de Tarragona continuï essent un motor de progrés a casa nostra.

Maria Mas

Directora Gerent AEQT