RRHH

A ver si ahora resultará que vivir mucho es un problema

Javier Fañanás

Director de proyectos y consultor en The Skeye

 

 

Comenzaré por una verdad irrefutable: nacemos y morimos, y aunque aspiramos a la inmortalidad todavía un queda un largo trecho. Si puedes, lee Homo Deus, de Harare, interesantes reflexiones sobre el futuro, incluyendo la inmortalidad. Pues bien, mientras nos llega la inmortalidad, o algún sucedáneo, nos conformamos con prolongar la vida en cada vez mejores condiciones físicas y mentales; sería normal que los avances en medicina (órganos 3D por ejemplo), internet de las cosas, big data, etc contribuyesen a alargarla todavía más y en mejores condiciones, lo cual no dejan de ser buenas noticias para todos (para mi, para mis amigos, para mi familia - espero-, para el sector servicios, etc)...menos para la Seguridad Social que tiene que pagarme la pensión. Es innegable que cuando cumplimos los 50, al mismo ritmo que el mercado laboral nos clasifica en una categoría especial uno comienza a vislumbrar la jubilación allá a lo lejos, lo que haría, los recursos que tendré, los ahorros necesarios, etc y a medida que se acerca vamos relamiéndonos siempre contando con una pensión que cobraré del Estado. ¿Cuántos de vosotros habeis repetido como un mantra"No es mucho pero llevo toda la vida cotizando por topes, pagando religiosamente mis impuestos, y me lo merezco"?

Si has llegado aquí y no te identificas porque no esperas pensión, salta sin remordimiento a la siguiente página donde hay un artículo interesantísimo. Ahora bien, si naciste en el baby boom, o poco después, tenemos un problema de financiación que se agravará en las décadas de 2030, 40 y 50. Leo en el excelente blog de Fernando Martínez-Cue algunos datos para la reflexión:

  1. Según el INE la esperanza de vida a los 65 años es de 19 años en 2013, mientras que aumenta a 23.4 en 2050. Me parece un crecimiento moderado, probablemente sea mayor.
  2. En España pagamos 9.5 millones de pensiones hoy, número que se espera que crezca hasta los 15 en 2042.
  3. Si comparamos la relación de personas entre 16 y 65 años (es decir, los que van a cotizar para pagarme la pensión) frente a los mayores de 65 años es para echarse a temblar: hoy la relación es de 100 personas en la franja 16-65 por cada 28 mayores de 65, relación que pasa a ser 100 / 74 en 2050.

No hace falta que siga, ¿verdad? Si a todo esto le añadimos que nuestro sistema público de pensiones era de prestación definida basada en la contribucion de la siguiente generación, que llevamos prácticamente una década de crisis con el desempleo desbocado (menos cotizantes...) y que el empleo en general hoy es más precario (contribuyen menos a su pensión...¡pero también a la mía!) el panorama no pinta demasiado bien.

La tendencia es a migrar a un sistema de aportación definida. En ese sentido se reguló en 2013 el IRP (Índice de Revalorización de las Pensiones) y el factor de sostenibilidad para asegurar el riesgo de incremento de la longevidad y ajustar la equidad intergeneracional; para un profano como yo eso quiere decir que no voy a costarle más al Estado, o sea, que viviré más y encima se me hará más largoooo.

Fernando propone, entre otras cosas, diversificar las fuentes de financiación de mi pensión:

  • Público, basado en toda la vida laboral, cotizando por los ingresos reales pero a un tipo más reducido.
  • Coordinado con lo anterior, a través de planes de pensiones ocupacionales comunes de empresa y trabajador, tal como funciona en otros paises de Europa (Holanda, Suecia, ...)
  • Sin olvidar un pilar que antes formaba parte de nuestra educación desde niños y que ahora suscita un cierto desprestigio por un aluvión de razones: el ahorro individual

No voy a entrar tampoco en la discusión sobre adelantar la transición de la edad de jubilación a los 67 años (o llevarla más allá!) o incentivar la continuidad en activo después de la edad ordinaria de jubilación porque el médico me ha prohibido cualquier cosa que me altere el pulso; si le añado de postre la discriminación que el sistema en general tiene con los autónomos debo contar con unas constantes vitales imposibles de mantener. Este próximo fin de semana me voy a dedicar a la tercera pata de la financiación: voy a ahorrar en cervezas y en salir por ahí y en consumir, etc y me quedaré en casa todo el fin de semana viendo programas de TV mononeuronales para irme acostumbrando a lo que me pasará cuando me vayan recortando la pensión. Se me va a hacer muy largo.