La economía de Tarragona sale de la UCI

Aunque hostelería, comercio y turismo siguen en dificultades, la fortaleza del sector industrial y la progresiva recuperación del empleo dan un margen al optimismo

El dinamismo de los sectores industriales como el quimico es una de las tablas de salvación de la economía de Tarragona.
Roberto Villarreal / Tarragona

El buen comportamiento del empleo, junto a otros indicadores como los buenos niveles de exportación o los índices de capacidad productiva y de confianza empresarial, han generado un cierto grado de optimismo sobre los síntomas de recuperación de la economía de Tarragona. El primer factor, y a día de hoy el más relevante, según los expertos pasa por no dar pasos en falso en el control de la pandemia, que todavía plantea muchos interrogantes a nivel global: sólo los países desarrollados mantienen elevados ritmos de vacunación, y no hay certezas sobre el periodo de inmunidad.

  

El impacto económico de la quinta ola, según las estadísticas, es menor de lo esperado y hay confianza de que la recuperación continúa a buen ritmo en el tercer trimestre del ejercicio. La previsión de incremento del PIB catalán dibuja un rebote importante: el 6,3% en 2021 y el 6,7% en 2022. Las proyecciones indican que en dos años se podrían alcanzar los registros previos a la pandemia.

Joaquim Margalef, colaborador de la Cátedra de Innovación Tecnológica de la Universitat Rovira i Virgili (URV) y coordinador de los análisis de coyuntura económica de del Camp de Tarragona y Terres de l'Ebre, acaba de terminar el último informe -correspondiente al segundo trimestre de 2021- con datos reveladores. El Índice de Capacidad Productiva, que a mediados de 2019 era del 86,39% y en 2020 cayó hasta el 68,66%, se ha recuperado hasta superar el 84%. Este indicador se obtiene a partir del análisis de los trabajadores inscritos en la Seguridad Social, los que están en activo y las cifras del paro. "La economía de Tarragona va mejor, bastante mejor realmente, y si se controlan las nuevas olas de contagio, seguirá recuperándose con rapidez", expone.

La directora de estudios de las Cámaras de Comercio catalanas, Carme Poveda, también cree que hay motivos para el optimismo, ya que, entre otros factores, "los datos de afiliación son buenos, y el descenso de los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE), también". En Tarragona los ERTE se sitúan en el mínimo de la serie, 2.888 afectados, lo que supone un 6% de la cifra máxima de expedientes alcanzada durante los meses más duros de la crisis sanitaria. "Es un buen dato, sobre todo si se pone en contexto con el comportamiento del PIB o la afiliación: en agosto hay algo más de 282.600 afiliados, un 6,4% más que en agosto de 2020; se pierden unos 2.000 (-0,6%) respecto a julio porque siempre se produce un pequeño descenso por efecto de la estacionalidad, por eso es importante comparar el mismo mes". En Cataluña, el incremento de la afiliación se sitúa en el 3,7%, "lo que nos da a entender que Tarragona se está recuperando con más intensidad".

No lo ve tan claro Juan Gallardo, co-director del Gabinete de Estudios de la Confederación Empresarial de la Provincia de Tarragona, la patronal CEPTA. "No soy optimista, ni tampoco muy pesimista, porque hay causas exógenas relativas a la evolución de la enfermedad que condicionan mucho... La pregunta ahora es si estamos ante un rebote de la economía o ante el inicio de una recuperación robusta y sostenida en el tiempo: mi impresión personal es que no lo vamos a pasar muy bien, ya que este nivel de gasto público no es sostenible en el tiempo; las economías más endeudadas van a tener que hacer un mayor esfuerzo y ajustar más. Por otra parte, llega el otoño y la actividad se contrae, ya es el segundo año con malos resultados, y ya se comienza a plantear la prórroga de los ERTE. ¿Quién paga la fiesta? Parece que vamos bien en comparación con 2020, pero no con un año normal".

Buenos datos de empleo

Esta misma semana se han conocido las cifras del paro, con una caída histórica en agosto: en España, el número de desempleados inscritos en el SEPE ha disminuido en más de 82.500 personas respecto a julio. Se trata de la mayor reducción del paro registrada en un mes de agosto, tradicionalmente un mes en que el que sube el paro por el descenso de la actividad en muchos sectores a causa del parón vacacional; sin embargo, este año se encadenan ya seis meses de descenso continuado, y desde febrero se acumula una reducción de 675.000 personas. En Cataluña cayó un 4,21% con respecto al mes anterior, lo cual supone que hay 17.186 personas menos paradas. El número total de desempleados queda en 391.128, un 18,62% menos de lo que hace un año.

En Tarragona hay 1.619 desempleados menos (-3,35%), en Girona 1.276 y en Lleida 721, aunque la reducción más intensa se da en Barcelona (13.570). En términos interanuales hay aproximadamente 10.200 parados (-18%) menos en las comarcas de Tarragona con respecto a 2020. La cifra actual de personas en paro asciende a 46.650 en Tarragona, 35.700 en Girona, y 20.000 en Lleida. De nuevo Barcelona está en otra órbita con casi 290.000 parados.

Por sectores, de nuevo el sector servicios lidera las contrataciones en plena temporada turística en la Costa Daurada, con 815 desempleados menos. La reducción es menor que en años 'normales', básicamente por la debilidad de los mercados extranjeros. En la agricultura se registran 229 parados menos, 62 en la industria y 56 en la construcción. "La recuperación del empleo es una realidad: casi estamos en niveles de hace dos años, aunque todavía un 5% por debajo de finales 2019", confirma Joaquim Margalef.

Exportaciones al alza

Los informes del Ministerio de Industria subrayan también la solidez de las exportaciones. En Tarragona, el crecimiento acumulado de enero a junio asciende al 37,6%, frente al 28,2% de Cataluña. Le siguen Barcelona (28,5%), Girona (19,2%) y Lleida (14%). Tarragona también lideró el incremento de cifras en el mejor mes de junio de la serie histórica, con un +54,9%, por delante de Barcelona (31,1%), Girona (15,6%) y Lleida (7,3%). Los datos revelan que la industria química se está comportando razonablemente bien, casi en niveles de 2019, con un incremento de las exportaciones del 30% y un 20% de las importaciones. Los tráficos del Port de Tarragona, que lidera el crecimiento del sistema portuario español en 2021, corroboran la fortaleza del repunte.

"El sector químico y de productos energéticos están exportando mucho y con mejores precios; el resto de sectores también, como es el caso de la alimentación y de material industrial -maquinaria, mecánica...-, hay que tener en cuenta que la economía europea se recupera con intensidad: países como Portugal, Italia, Francia... los que habían caído más, ahora suben con un ritmo mayor", valora Carme Poveda.

Desde la URV, Margalef confirma que el sector agroalimentario de las comarcas de Tarragona también experimenta una mejoría, "aunque sólo tiene un impacto relativo por el enorme peso de la industria química; en cuanto a la automoción, han aparecido problemas de suministro, pero los va a superar y crecerá a ritmos importantes de actividad por las modificaciones para impulsar los nuevos tipos de vehículo menos contaminantes".

Como contrapunto, desde CEPTA advierten de que la recuperación económica a nivel global ha tocado techo, "por los cuellos de botella que no permiten un crecimiento más robusto". "Las decisiones de restricción -razona Juan Gallardo- suponen una dislocación total de la actividad económica...No había experiencias similares, y el efecto es peor incluso que el de una guerra porque se cierran las cadenas de producción y las cadenas logísticas, lo que va a suponer inflación y poca capacidad de crecimiento; estamos teniendo un rebote intenso porque la caída fue brutal, pero Estados Unidos y la UE no pueden crecer hasta que se normalicen los suministros".

Impacto de los fondos Next Generation

La inyección de fondos europeos va a poner a prueba la capacidad de gestión de las Administraciones, en especial la del Estado. El éxito dependerá en buena medida de la cintura para absorber y encauzar la lluvia de millones que la UE ha comenzado a liberar, y que sin duda fiscalizará. De momento han llegado 9.000 millones, más otros 10.000 que se esperan antes de final de año.

Según Joaquim Margalef, experto vinculado a la URV, "tiene que tener un efecto directo inmediato, más el impacto inducido de los proyectos de regiones limítrofes y de las que somos proveedores... no sólo influyen los fondos españoles, sino también en los que reciben el resto de países de la UE, pues recordemos que Tarragona envía el 70 u 80% de sus exportaciones a Europa".

"Los fondos europeos son ayuda condicionada. Cuando nos pregunten en qué lo hemos gastado tendremos problemas, seguro; cuidado, da mucho miedo la situación fiscal del país y la falta de contención del gasto público, porque no hay mucho margen para soportar más carga impositiva", opina Juan Gallardo desde CEPTA.

Sombras para la reactivación

  • Encarecimiento de materias primas. El rebote de la economía mundial incrementa la demanda, y en consecuencia, los precios. Las empresas se enfrentan a cambios en la estructura de costes.
  • Costes de transporte y logística que lastran la competitividad de las empresas de la zona, un mal endémico que sigue sin solución.
  • Problemas de suministro. La fuerte demanda embolsada e insatisfecha durante la pandemia genera cortocircuitos en las cadenas de suministro. El caso más citado es el de semiconductores para los productos de tecnología punta. Falta stock, lo que puede derivar en parones en la producción.
  • El precio de la energía. El contexto descrito provoca encarecimiento de la electricidad tanto para las economías domésticas como para sectores industriales.
  • Inflación. Sube de forma rápida y sincronizada en todo el mundo. Está por ver cómo repercute en la economía de las familias. El dato de agosto en Cataluña es alto, 3,3%, muy coyuntural de momento, pero con riesgo latente de que se pueda trasladar a salarios y se enquiste. De momento es una alerta.

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