Nueva etapa bajo el signo de la continuidad

Desencallar la ZAL, seguir desarrollando los cruceros y materializar el contradique de la Pineda, los retos inmediatos de Cruset

Calvet y Cruset avanzaron algunos de los ejes de la nueva etapa que se abrirá en el Port a finales de noviembre. FOTO: CEDIDA.
Roberto Villarreal / Tarragona

El nuevo presidente del Port, Josep Maria Cruset, -además del reto de sostener los tráficos consolidados y una hoja de ruta hacia la diversificación-, hereda proyectos estratégicos de la 'etapa Andreu' como la nueva Zona de Actividades Logísticas (ZAL), el negocio emergente de los cruceros o el contradique de La Pineda, entre otros, así como el encargo de seguir conectando el puerto con la ciudad a través de obras en marcha como la reforma del paseo marítimo, y otras inminentes como la rehabilitación del antiguo edificio de la Autoritat Portuària.

La continuidad, lejos de matices como adormecimiento o pasividad, posee connotaciones positivas cuando se cierra una etapa de éxito, como lo ha sido en el caso de los casi ocho años de gestión de Josep Andreu. El conseller de Territori i Sostenibilitat, Damià Calvet, lo sintetizó la semana pasada en Tarragona con el calificativo "brillante". Su relevo, que ya es oficial, se hará efectivo a finales de este mes.

En resumen, Calvet destaca el mérito de haber consolidado los tráficos tradicionales (65% del total provenientes del sector petroquímico) y haber mejorado hasta convertirse en el primer puerto español en productos agroalimentarios. La exploración de nuevos negocios como los animales vivos, el transporte de vehículos o los cruceros enriquecen aún más su legado.

Seguir conectando Port y ciudad es otra de las consignas de continuidad

Además, Andreu ha logrado en circunstancias económicas adversas reducir sustancialmente el endeudamiento del Port "y gracias a ello hemos podido definir, proyectar y ejecutar inversiones que nos han hecho crecer...  así hemos podido inaugurar el Moll de la Química, la terminal intermodal de La Boella y la terminal satélite de Guadalajara, -el puerto seco-, que nos proyectan como institución", subrayan desde el Govern.

Cruset recoge el guante

En sus primeras palabras como nuevo presidente, Josep Maria Cruset avanza su intención de consolidar el Port como  "un puerto de referencia en el Mediterráneo occidental". En este sentido, ha explicitado su intención de "mirar hacia dentro del puerto, ejecutando los proyectos ya planificados y planificando los que tendrán que venir más adelante, -algunos de larga tramitación y hay que ser conscientes de ello, pero también hay que mirar hacia nuestro entorno geográfico, político y económico, reforzando los lazos".

"Pondré -subraya- mi experiencia como alcalde para enriquecer esta relación del puerto con la ciudad, pero también con todos los municipios del entorno". Su predecesor ha destacado por la notable mejora de todas las instalaciones portuarias del entorno urbano y por la voluntad de conexión del puerto con Tarragona ciudad, habitualmente una asignatura pendiente de la mayoría de infraestructuras portuarias españolas. La Marina Port Tárraco, los tinglados, el uso deportivo de la escollera, entre otros, serán los retos que afrontará Cruset en este ámbito.

¿Influirá el lazo amarillo?

El presidente entrante del Port, Josep Maria Cruset es ingeniero químico y máster en Administración y Dirección de Empresas. Como alcalde de un municipio como Riudoms, posee una notable experiencia institucional: además, ha sido diputado y hasta ahora ejercía como vicepresidente de la Diputación de Tarragona. Políticamente, es independentista convencido y representa al ala más cercana a Puigdemont en el PDeCAT. Su querencia hacia la ruptura con España no debería afectar, según él, en los proyectos pendientes, que en buena parte pasan por la capacidad de acuerdo con el Gobierno de España. "No va a influir en razón de la profesionalidad con la que se trabaja; el Port hará de Port para que la economía se dinamice al máximo", argumenta.

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