Agilidad y orientación al cliente, antídotos de BASF ante la incertidumbre

La diversificación de clientes permite llegar al máximo histórico de ventas en España a pesar del actual entorno turbulento

Redacció / Tarragona

BASF superó en 2021 su récord de ventas en España. Un hito que llegó en un momento dominado por el incremento de precios de la energía y las dificultades en las cadenas de suministros. Un portfolio muy heterogéneo y una gestión ágil y orientada al cliente han sido los antídotos de la compañía para salir airosos en este entorno turbulento.

El director de BASF en Tarragona, Benjamin Hepfer, identifica como fortaleza "que no dependemos de un solo sector, sino que estamos presentes en toda la cadena de valor". A pesar de esto, "no escapamos de las vicisitudes del momento actual y hay muchos elementos circunstanciales que no nos permiten hacer previsiones con certeza: estas circunstancias afectan a nuestra compañía, a todo el sector y en general a toda la economía".

Benjamin Hepfer, Director BASF en Tarragona: "Nuestro propósito sigue vigente: hacer un futuro sostenible"

Por áreas de negocio, el director del site apunta que "son tantas las variables que es difícil decir qué sector sale ahora reforzado o perjudicado". "En general -explica Hepfer- el aumento de precio de materias primas o energías perjudica negativamente a casi todos los negocios, pero segmentos que antes de la pandemia estaban ya antes en plena transformación como el de la automoción han sufrido mucho durante estos dos últimos años, una situación agravada por la crisis de escasez de los microchips, elementos fundamentales en la construcción de los vehículos". Otros sectores como el de la alimentación o el de la higiene personal "han sido sectores resilientes, por su propia idiosincrasia esencial, y han tenido un buen comportamiento".

La clave para afrontar este entorno ha sido "la agilidad, la orientación al cliente y tener muy claro el propósito: en BASF tenemos claro que nuestro compromiso es hacer un futuro sostenible". La compañía se compromete a alcanzar la neutralidad climática en 2050, con una reducción de emisiones del 25% para 2030, lo que implica una inversión a nivel mundial de 4.000 millones de euros. Un reto que está por encima de las circunstancias actuales: "Por mucha incertidumbre que tengamos a nuestro alrededor tenemos claro el propósito y qué vemos en el horizonte, también a nivel local, donde ponemos el foco a pasar a funcionar con energías procedentes de fuentes renovables", concluye Hepfer.