Delta del Ebro, paraíso emergente del chárter

Cambrils se mantiene como puerto base de los barcos que exploran las costas del sur de Tarragona, de gran atractivo por paisaje, gastronomía y calidad de servicio

Roberto Villarreal / Cambrils

A nivel náutico, Tarragona todavía no ha logrado convertirse en una provincia de referencia, al nivel de Girona, las islas Baleares o Málaga. Las condiciones de la zona permiten soñar en positivo y mirar al futuro con expectativas ilusionantes. La costa tarraconense dispone de una oferta importante de puertos deportivos, con renovaciones de concesiones en las que se está invirtiendo bien y ofrecen una correcta calidad de servicio. Las condiciones del mar son excelentes, gracias a la protección del Golfo de Sant Jordi, a las que se suman ingredientes como las horas de sol, la escasa masificación, buena gastronomía y precios razonables.

Quienes conocen bien los gustos del cliente, la consideran una zona atractiva, que se está descubriendo cada vez más. La zona sur, desde las calas de L'Ametlla hasta el Delta está considerada la joya de la corona: un área natural muy singular, bastante virgen y poco masificada. "Se juntan calidad de servicio, gastronomía y paisaje", resume Toni Subirana, director gerente de BeCharter.

El Delta del Ebro es el destino estrella del chárter. Habitualmente el emisor es Cambrils, el puerto deportivo más grande y mejor preparado desde donde los barcos de chárter navegan hasta las aguas de la desembocadura del Ebro, "con esa mezcla de zona virgen, área protegida y gastronomía singular... No está tan bien comunicada por tren o avión como Tarragona o Cambrils, por eso los grupos suelen subir al barco en Cambrils, que es el puerto que se queda en una posición más estratégica".

¿Y Sant Carles de la Ràpita? Se trata del tercer puerto a nivel catalán, con una infraestructura portuaria de primerísimo nivel, con mucha tradición y vocación de crecimiento, que cuenta con el máximo apoyo político por parte de la Generalitat para transformarse en el gran puerto de chárter del sur de Cataluña. "A día de hoy -reflexiona Subirana- por la distancia a Barcelona, al aeropuerto y a las grandes estaciones de tren, incluso de la salida de la autopista, todavía le falta un punto para dar un gran salto, sobre todo por las infraestructuras, tanto de comunicaciones como de alojamiento turístico".

Con estas coordenadas, el alquiler de embarcaciones se mantiene, -con una demanda sostenida, equivalente a la de los últimos años y sin caídas significativas-, como el producto estrella de la náutica de recreo en la Costa Daurada. En los meses de primavera (temporada media) incluso se habían producido incrementos de reservas de hasta el 60%. "Llega un momento -analiza Siurana- en que no puedes crecer ya más del 100%. Había incluso sobredemanda, con mucha gente de última hora que no se podía atender; en esta temporada alta sí hemos notado un parón en ese crecimiento continuo: hay buenas ocupaciones, en algunos casos inclusos por encima del 21, y en otros con alguna ligera caída, en torno al 10%". "Estamos con el cartel de completo, pero el email y el teléfono no hierven". Las cifras y los porcentajes exactos no se podrán evaluar hasta pasado el mes de agosto.

Las vibraciones también son muy positivas en el Nàutic Parc Costa Daurada y Terres de l'Ebre, con perspectivas optimistas tras el arranque de la temporada alta. Los meses previos ya se han cerrado con incrementos muy significativos, y el equipo que lidera el gerente, Jordi Rom, se afana en estas semanas de vorágine por "atender con el máximo mimo a los clientes, cuya satisfacción es nuestro principal reto, de una oferta de producto que se sigue ampliando y que nos esforzamos por dar a conocer con todos los medios a nuestro alcance". De nuevo, los cruceros por el Ebro son la estrella, aunque comparten protagonismo en verano con los catamaranes, las motos y atracciones como las 'bananas'.

Repite el navegante nacional

En 2020 y 2021, la fortaleza del mercado nacional permitió salvar los muebles a las empresas turísticas de la Costa Daurada, lastradas por las restricciones a los viajeros europeos. El sector de la náutica de recreo también se sumó a esta tendencia al alza del navegante de proximidad, que ahora se suaviza por la competencia de otros destinos nacionales e internacionales. "Entendemos que son vasos comunicantes, y ahora esa ausencia debería compensarse con los navegantes de fuera, el francés, el belga... La previsión de ventas y las reservas nacionales se mantiene fuerte, pero no sentimos la vorágine de otros años, quizá como anticipo de lo que puede venir, podría ser como una cierta psicosis, una sensación de miedo... Hay trabajo, hay buena ocupación de hotele y barcos... pero parece que no haya tanta alegría", explican desde BeCharter. Con respecto a otras actividades en el mar, los datos del Nàutic Parc indican que su principal mercado sigue siendo el español, con el catalán como segmento más amplio (uno de cada tres de Tarragona). A nivel internacional, el francés se mantiene en el número uno, con el británico en rápida recuperación, y con otros países emergentes como Holanda y Alemania.

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