Tecnologías puente: un baño de realidad

La falta de disponibilidad de energía de origen renovable o la captura de CO2, todavía sin desarrollar, preocupan a las empresas

Roberto Villarreal / Tarragona

Aunque en Tarragona se habla con frecuencia de las ventajas del hidrógeno verde, los especialistas en la materia insisten en que no existe una sola ruta hacia la descarbonización.  Quizá por encima de esas tecnologías asociadas al hidrógeno, desde una perspectiva realista y pragmática, por el momento cobran más relevancia la eficiencia energética, el incremento de la electrificación en aquellos procesos que lo permitan, la producción masiva de energías renovables, el uso de biocombustibles o la captura de C02.

Muchas de estas tecnologías todavía no están suficientemente maduras para elevarlas a escala industrial y suponen un reto para los investigadores. "Tenemos el tesoro de una industria potente que debemos transformar para hacerla más circular; tenemos la tecnología y tenemos proyectos que pueden marcar la diferencia de cara a mantener una autonomía estratégica... ahora necesitamos un apoyo real para desarrollarlo", reclama sin cesar el director de Dow Tarragona y presidente de la Asociación Empresarial Química de Tarragona (AEQT), Ignasi Cañagueral, que ve potencial de futuro en las renovables y el hidrógeno verde, "pero se necesitan tecnologías puente para seguir siendo competitivos".

En este sentido, el director del complejo industrial de Repsol en Tarragona, Javier Sancho, insiste en la necesidad de esas tecnologías puente en procesos que a día no hoy no se pueden descarbonizar, y entre ellas la captura, almacenamiento y uso del carbono (CCUS, por sus siglas en inglés). El proyecto TarraCO2 para almacenar dióxido de carbono offshore, seleccionado por la UE y pendiente de recibir los permisos para iniciar las investigaciones a unos 40 kilómetros mar adentro del polo petroquímico, cobra un "enorme valor estratégico para Repsol y para la competitividad de todo el polo petroquímico si queremos alcanzar los objetivos marcados de reducción de la huella de carbono". "La UE -recuerda- marca unas directrices claras que estamos siguiendo, pero es crucial que las empresas sigan vivas y rentables mientras acometemos esta transición".

Por otra parte, la falta de electricidad 'verde' de origen renovable también preocupa en un horizonte industrial descarbonizado. El parón de las renovables, unido al fuerte rechazo en el territorio al transporte eléctrico desde otras regiones a través de líneas de muy alta tensión (MAT), ha relegado a Cataluña al furgón de cola de energías limpias. "El corto y medio plazo es complicado en un territorio con las increíbles dificultades que plantea la Administración catalana", expone Marc Segura, CEO de Solcam Energía y coordinador de la Comisión de Sostenibilidad i Energía de la Cambra de Comerç de Reus. "La opción más lógica -analiza- es que el 'site' de Tarragona termine importando la energía excedentaria de otros territorios como Aragón".

Tanto las empresas como los investigadores hacen un llamamiento a las Administraciones para poder incrementar el ritmo de los cambios. "Tienen que acompañarnos a la misma velocidad", coinciden los ejecutivos de la industria química. Su papel es clave en cuestiones como la normativa regulatoria y los trámites burocráticos, las ayudas públicas ante las gigantescas inversiones que se avecinan, y la política fiscal, sin impuestos diferenciales respecto a otras regiones o países competidores. "Queremos acelerar, pero no podemos hacerlo solos; la Administración tiene que ayudar con inversiones en unas infraestructuras adecuadas", insisten desde la AEQT.

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