Pepa Sedó Directora de la Unidad de Robótica de Eurecat

“Todavía hay que convencer a los empresarios que los drones no son un hobby”

"La inspección de infraestructuras como líneas de electricidad y otras conducciones es una de las aplicaciones que más crece"

El Ayuntamiento y el Aeroclub de Reus han puesto el foco en las nuevas y muy diversas aplicaciones de los drones y el potente sector económico que se vislumbra a medio plazo. Los instructores del aeroclub ya imparten actualmente, con gran éxito de matrícula (presencial y online), los cursos de vuelo para pilotos de dron -la legislación es ya muy restrictiva respecto a cómo y dónde volar-, y el próximo paso, según ha avanzado su presidente, Enric Morralla, es construir drones 'a la carta' y también prestar servicios especializados a través de una nueva empresa, Drones Robotics Technology, con sede en Reus. Pepa Sedó, que estuvo recientemente en una jornada organizada en Reus, describe algunas de las posibilidades que se abren a este novedoso clúster.

Roberto Villareal / Reus

¿Cómo trabaja el área de robótica de Eurecat en relación a los drones?

Los drones están incluidos en nuestras líneas de investigación de robótica autónoma móvil, con el reto de crear desarrollos avanzados para intentar automatizar lo máximo posible parte de su funcionamiento. No se trata, en absoluto, de sustituir al piloto, pero pensamos que se puede alcanzar un abanico de aplicaciones mucho más amplio si se automatiza.

¿Está hablando de drones que vuelan solos?

La tendencia es ir hacia vuelos autotripulados. Ahora se están utilizando, por ejemplo, para la inspección de infraestructuras. Se usan cada vez más, aunque su funcionalidad depende de la pericia del piloto. En algunos casos se necesitan varias personas para operarlos. La idea es que cada vez sean más autónomos.

¿Qué tipo de soluciones desarrollan?

Cada vez necesitan más tecnología para volar y navegar con seguridad. Nosotros creamos sensores, cámaras, gps... para que puedan percibir mejor el entorno. Básicamente, un dron es un sensor que se mueve, un mecanismo de obtención de datos -temperaturas, imágenes, etc- que luego se interpretan y permiten actuar. Como en todo, lo importante no es la toma de datos en sí misma, sino la capacidad de los expertos para interpretarlos.

¿Cuáles son las aplicaciones para las empresas más típicas a día de hoy?

Por ejemplo en las empresas audiovisuales. De una forma muy simple y relativamente barata puedes disponer de una cámara que vuela. Uno de los sectores más interesantes es el de seguridad y emergencias; al ser aparatos no tripulados, sin riesgo de vidas humanas, si ocurre algún accidente es menos grave. Es enormemente útil en casos de rescate, o de catástrofes. Se puede hacer un mapeado rápido de una zona afectada por un terremoto en 10 minutos, cuando antes, por satélite, necesitabas entre seis y siete horas por vía de máxima urgencia.

¿Y las más rentables?

La inspección de infraestructuras, como líneas de electricidad y conducciones diversas es de las que más está avanzando. En Barcelona hemos trabajado en un proyecto de inspección del alcantarillado, pues hay túneles de grandes dimensiones (80 por 80) en los que se pueden usar pequeños drones. Tenemos la ventaja de que la normativa de vuelo no se aplica en los subterráneos, así que se podrán analizar imágenes de lo que antes sólo se podía hacer con brigadas a pie. Son también muy útiles en procesos de monitorización, es decir, si hago vuelos periódicos por el mismo lugar, puedo catalogar y ver la evolución...  Hay más usos emergentes, como los enlaces 'portátiles' de comunicación para dar cobertura donde no llega.

¿Cómo valora la normativa para poder volar drones?

Primero llega la tecnología y luego, lógicamente, la regulación de las posibilidades que abren estos avances. Queda mucho por hacer en ambos campos, tanto a nivel legislativo como de desarrollo tecnológico.

¿Puede describirnos el futuro que usted ve a medio plazo?

Los drones se normalizarán como herramienta de trabajo y estarán en todo, en actividades impensables. Ya hoy hay muchísimas ideas, con aplicaciones claras que irán a más, en múltiples sectores: mantenimiento de fachadas, infraestructuras...

¿Se ha creado ya un sector industrial potente alrededor de los drones?

Es un sector con mucha gente implicada, pero todavía se factura muy poco. Calculamos que funcionan más de 2.000 empresas, pero las que más facturan apenas alcanzan los 200.000 euros al año. Lo normal son 40 ó 50.000 euros.

¿Por qué esta dificultad para facturar?

Atravesamos una primera fase en la que es necesario probar y demostrar lo valiosa que puede ser la información que recogen los drones. Todavía hay que convencer a algunos empresarios de que no se trata de un hobby, que esa recogida de datos tiene un coste elevado. Es como una demostración gratis para que luego te contraten.

¿Cómo está Cataluña?

Se mueve mucho en este sector. Existe un área de Smart Drones integrada dentro de Smart Catalonia, con un clúster que integra operadores, centros de investigación y centros tecnológicos como el nuestro. Estoy segura de que se producirá una fuerte expansión en breve; lo importante es sentar los cimientos para que todas estas empresas pioneras sean las que ganen el dinero cuando se produzca la explosión que se prevé.

De la ciencia-ficción a la vida cotidiana

Eurecat, el Centro Tecnológico de Cataluña resultante de la integración de aquellos cuyos proyectos han destacado más dentro de la red TECNIO -el sello que concede la Generalitat para identificar dónde se encuentra la tecnología más innovadora del país-, trabaja en tres grandes áreas de conocimiento: industrial, digital y biotecnológico. Pepa Sedó, ingeniera de Telecomunicaciones por la UPC -máster por la Pompeu Fabra- es la responsable de uno de los nueve tentáculos que nacen del área industrial, la unidad de Robótica y Automatización. Esta prestigiosa profesional ha sido investigadora del Instituto de Estudios Espaciales de Cataluña y ha trabajado para la empresa privada en compañías como Altamira, Atos Origin o Airlift, antes de poner su talento al servicio del CTAE (Centro de Tecnología Aeroespacial) y la ASCAMM Foundation (con origen en la Asociación Catalana de Empresas Constructoras de Moldes y Matrices).