La reducción de la huella de carbono, lejos del objetivo de la UE

A falta de siete años para alcanzar el horizonte 2030, los sectores empresariales de Tarragona acumulan un importante retraso en su descarbonización

Incrementar el porcentaje de mercancías que viajan por ferrocarril reduce la huella de carbono.
Roberto Villarreal / Tarragona

El tejido empresarial de Tarragona, prácticamente en todos sus sectores, no es ajeno a los dos mantras que desde hace unos años figuran en el 100% de los planes estratégicos: digitalización y sostenibilidad, con especial énfasis en la reducción de la huella de carbono. Con velocidad creciente, la electricidad de origen renovable va tomando posiciones como motor de la transición energética, aunque todavía su peso es minoritario en el consumo energético de procesos como calentar, transportar o construir. La proporción entre electricidad y uso de combustibles fósiles apenas alcanza un 30%.

A la espera del desarrollo de tecnologías como la del hidrógeno, el éxito en el viaje hacia una economía circular requiere aprovechar todo el potencial de la electrificación, con mayor proporción de renovables variables, como la eólica o la solar fotovoltaica, para descarbonizar el sector eléctrico y a la vez continuar satisfaciendo la creciente demanda de energía. Por el momento, según explican desde la patronal Pimec, los dos principales vectores de sostenibilidad de la pequeña y mediana empresa son, en primer lugar, la eficiencia energética, y en segundo término, el 'boom' de la instalación de placas solares.

Las grandes cadenas hoteleras de la Costa Daurada central, o el gigante PortAventura World están inmersos de lleno en esta primera fase de la transición. Tras casi cuatro años de trámites, PortAventura World obtuvo licencia el pasado mes de agosto para la construcción de la mayor planta fotovoltaica de autoconsumo en un resort vacacional en España y una de las mayores de Europa.  El proyecto, diseñado y construido por Endesa X, contempla un total de 11.102 paneles solares en suelo que ocuparán una superficie total de 6,4 hectáreas, equivalente a nueve campos de fútbol, dentro del resort. La planta solar permitirá a PortAventura World generar 10 GWh/año de electricidad limpia y cubrir prácticamente un tercio de sus necesidades energéticas.

Todos los grandes cámpings del territorio también se sitúan en vanguardia, con instalaciones punteras de energía solar y biomasa. El camino emprendido por la industria turística no tiene vuelta atrás. Tarragona, Cataluña y España van con mucho retraso: entre 1990 y 2020 España es el segundo país que menos ha reducido emisiones con respecto a Europa, con un 8%. La media europea está en el 29%. Países como el Reino Unido (45%), Alemania (42%) o Bélgica (26%) son los más concienciados. Eurostat publica que en 2021 España es el quinto país que más ha incrementado sus emisiones; sólo Bulgaria, Estonia, Eslovaquia e Italia registran peores datos. El Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) que se remitió a la Comisión Europea marcaba una reducción del 23% de gases de efecto invernadero en 2030 (respecto a 1990). Según el Ministerio de Transición Ecológica, este objetivo de reducción implica eliminar en ocho años una de cada tres toneladas de las emisiones que se emiten actualmente.

La financiación está llegando desde Europa, pero el ritmo no es el adecuado. El Banco Europeo de Inversiones (BEI) trabaja con la Comisión Europea y los Estados miembros para aportar un billón de euros en inversiones verdes hasta 2030. Se calcula que para reducir las emisiones en el horizonte 2030 en torno al 55% con respecto a 1990, la UE debería duplicar su inversión en energía hasta los 400.000 millones de euros anuales durante la presente década. En 2021 el BEI sólo financió 13.000 millones de euros, -de ellos, 1.500 en España-, dirigidos al sector energético de la Unión Europea, frente a los 400.000 anuales que serían necesarios.

Proyectos europeos

No obstante, pese al evidente retraso, en Tarragona cada vez abundan más los proyectos dirigidos a minimizar la huella de carbono que reciben el respaldo de la UE. En lo que se refiere a plantas industriales y polígonos, entre los más significativos se sitúa el impulsado por la comunidad energética público-privada del polígono AgroReus, que ha conseguido una subvención de dos millones de euros de los Fondos Next Generation, un 55% de la inversión total prevista. Las sociedades municipales Reus Serveis Municipals-Redessa y Reus Transport, junto con Omega Tarraco, Masergrup y Setier, prevén instalar en próximos meses placas solares fotovoltaicas -con una potencia de 4,4 MW- en 22 techos industriales para autoconsumo. El excedente lo comprará la empresa pública municipal Reus Energia para distribuirlos en el ámbito municipal. El proyecto reusense es el que recibe mayor subvención en Cataluña y el quinto de España, donde se han repartido 30 millones.

En este sentido, las directrices que llegan desde Europa, ligadas a los fondos, no tienen marcha atrás. La UE pretende ser neutra en términos climáticos de cara al año 2050, es decir, se plantea tener dentro de dos décadas una economía con cero emisiones netas de gases de efecto invernadero. El reto planteado por la hoja de ruta más reciente, el RePowerEU, en materia de producción de energía hasta 2030 es ambicioso: el RePowerEU, con un 45% de renovables en el mix energético para 2030.

El Port Tarragona, otro de los grandes motores de la economía, se plantea alcanzar una huella de carbono cero en el 2030. Para ello, sigue incrementando significativamente el transporte de mercancías por ferrocarril, además de una fuerte apuesta por las energías renovables y por la eficiencia energética. El Port de Tarragona movió por ferrocarril durante el 2021 un total de 762.071 toneladas, que corresponden a 1.315 trenes y 17.504 vagones-. Ello supone un aumento de 13,4% respecto a los datos del 2020, en que se obtuvieron 672.000 toneladas, el equivalente a casi 1.150 trenes y 16.300 vagones. Unos datos que muestran un mayor dinamismo de las dársenas y que suponen evitar toneladas de CO2 al no moverse por carretera. En los próximos años, la conexión con ancho europeo supondrá un adelanto muy importante como nodo logístico para el Port de Tarragona, lo cual le permitirá mejorar sus conexiones, mejorar la eficiencia de la cadena logística y continuar reduciendo las emisiones.

En lo que se refiere a la logística y el transporte, por el momento las empresas más concienciadas ponen el acento en parques propios de solar fotovoltaica para potenciar el autoconsumo y aumentar la capacidad de recarga en flotas eléctricas renovadas de última milla. El transporte pesado de mercancías y pasajeros, salvo algunas experiencias piloto todavía en fases prematuras, sigue todavía invirtiendo en motores de combustión de última generación, bajo los máximos estándares medioambientales que ofrece esta tecnología.