
A nadie se le escapa que vivimos un momento complejo en términos económicos y geopolíticos. Las grandes potencias económicas mundiales, es decir, EEUU, China y Rusia, quieren hacer valer sus argumentos para reforzar su hegemonía. Unos argumentos que se sustentan en el acceso a energía barata, grandes mercados domésticos cautivos, que algunos quieren hacer más cautivos todavía, y ahora también tecnología de primer nivel.
Europa demuestra falta de competitividad y la industria química no es una excepción, con unos costes energéticos y salariales que nos pone difícil competir con los productos que provienen de otras regiones del mundo, por lo que todos anticipábamos un proceso de racionalización de la producción química en Europa, que ya se ha iniciado. Las buenas noticias son que Tarragona cuenta con ciertas ventajas respecto a otros países europeos, que nos deben permitir la sostenibilidad demuestra producción, si llevamos a cabo las acciones necesarias.
Estas acciones pasan por seguir trabajando en mejorar la competitividad de nuestros negocios, y por descarbonizarnos. Pasa también por disponer de las infraestructuras necesarias y poder recibir los incentivos y subvenciones necesarias para llevar a cabo su transformación. La industria química que perdure en Europa deberá apostar por las especialidades, mejorar su competitividad, y ser neutra en carbono. Es el momento por tanto de apostar por la reindustrialización, como elemento clave de autonomía estratégica y de progreso económico.
Como empresa de servicios logísticos de las empresas químicas, en Vopak Terquimsa apostamos claramente por Tarragona, como una de las localizaciones clave en Europa. Fruto de esta apuesta es la ampliación anunciada de nuestras instalaciones en algo más de 40.000m3 de capacidad, con una inversión aproximada de 35 millones de euros, cuya primera fase entrará en operación en 2027. Queremos acompañar a nuestros clientes en la transformación que afrontan, aportando capacidad más flexible, más segura, y capaz de dar respuesta no solo a las energías tradicionales, sino también a los nuevos vectores energéticos.
Creemos que es el momento de que empresas privadas, administraciones públicas y sociedad apostemos por una industria robusta, eficiente y sostenible, y creemos también en la urgencia de esta apuesta, porque lo que no hagamos ahora es posible que ya no podamos hacerlo nunca.